EL FILÓSOFO, DE LA
CALLE UNGA JUSTICIA
“Constans et perpetua voluntas ius cuique tribuendi”
La justicia es la constante y perpetua voluntad de darle a cada quien, lo que le corresponde; o también Habitus inclinans voluntatem ad ius suum cuilibet alteri; secundum aequalitatem tribuendum. L a justicia es el hábito que inclina la voluntad a su propio derecho, y de retribuir al otro lo que le corresponde por el derecho de igualdad. ¿Y qué es lo que le corresponde? Ya lo veremos.
(Philosophia Moralis, Irenaeus Gónzalez Morale, S.J., Bibliotheca Comillensis, Editorialis “Sal Terrae”, Santander, 1960, Quinta Editio.)
El Papa Francisco en el Documento Evantelii Gaudium, afirma que los gozos más grandes, bellos y espontáneos que ha visto en sus años de vida son los de personas muy pobres que tienen poco a que atenerse. ¿Se puede inferir entonces, que al Jefe de la Iglesia Católica le siguen gustando los pobres, porque si no existieran se quedarían sin fieles? Pero también hay otra, también existen empresarios, ya más ricos, que también viven gozosos y espontáneos porque saben que el trabajo de los “otros”, es el capital acumulado y por eso reparte el Sabbath, entregando a sus trabajadores el séptimo, o el tercio, o a medias de su producción total.
Nos preguntamos ahora ¿Qué correlación existe entre seguridad, delincuencia, exclusión y la inequidad social?
El Papa responde que el gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada. Cuando la vida interior se clausura en los propios intereses, ya no hay espacio para los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de Dios, ya no se goza la dulce alegría de su amor, ya no palpita el entusiasmo por hacer el bien. Es la presencia de Dios olvidada.
El documento señala que así como el mandamiento de “no
matar” pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy
tenemos que decir no a una economía de la exclusión y a la inequidad. Esa
economía mata, no puede ser que no sea noticia el ver morir de frío a un
anciano en situación de calle y que sí lo sea una caída de dos puntos en la
bolsa. Eso es exclusión. No se puede tolerar más que se tire comida cuando hay
gente que pasa hambre. Eso es inequidad. Hoy todo entra en el juego de la competitividad
y de ley del más fuerte, donde el poderoso se come al débil.
Hoy en muchas partes se reclama mayor seguridad, pero hasta que no se reviertan la exclusión y la inequidad dentro de una sociedad y entre los distintos pueblos será imposible erradicar la violencia. Se acusa de la violencia a los pobres y al os pueblos pobres, pero sin igualdad de oportunidades; las diversas formas de agresión y de guerra encontraran un caldo de cultivo que tarde o temprano provocará su explosión. Cuando la sociedad local, nacional o mundial -abandona en la periferia- una parte de si misma, no habrá programas políticos ni recursos policiales o de inteligencia que puedan asegurar indefinidamente la tranquilidad.
El individualismo post moderno y globalizado favorece un estilo de vida que debilita el desarrollo y la estabilidad de los vínculos entre las personas y que desnaturaliza los vínculos familiares.
Siempre me angustió –sigue afirmando el Papa Francisco- la situación de los que son objeto de las diversas formas de trata de personas. Quisiera que se escuchara el grito de Dios preguntándonos a todos: ¿Dónde está tu hermano? (G4,9) ¿Dónde está tu hermano esclavo? ¿Dónde está ese que estás matando cada día en el taller clandestino, en la red de prostitución, en los niños que utilizas para mendicidad, en aquel que tiene que trabajar a escondidas porque no ha sido formalizado? No nos hagamos los distraídos. ¡Hay mucho de complicidad! ¡La pregunta es para todos!
En nuestras ciudades está instalado este crimen mafioso y aberrante, y muchos tienen las manos preñadas de sangre debido a la complicidad cómoda y muda.
Total, una vida sin reflexión y amor al trabajo no merece vivirse.
Nos vemos en la siguiente entrega, será todos los días.
Si desea consultar la colección de dichos véalo en www.santoysena.com.mx/vidaprivadadepalabras
Hoy en muchas partes se reclama mayor seguridad, pero hasta que no se reviertan la exclusión y la inequidad dentro de una sociedad y entre los distintos pueblos será imposible erradicar la violencia. Se acusa de la violencia a los pobres y al os pueblos pobres, pero sin igualdad de oportunidades; las diversas formas de agresión y de guerra encontraran un caldo de cultivo que tarde o temprano provocará su explosión. Cuando la sociedad local, nacional o mundial -abandona en la periferia- una parte de si misma, no habrá programas políticos ni recursos policiales o de inteligencia que puedan asegurar indefinidamente la tranquilidad.
El individualismo post moderno y globalizado favorece un estilo de vida que debilita el desarrollo y la estabilidad de los vínculos entre las personas y que desnaturaliza los vínculos familiares.
Siempre me angustió –sigue afirmando el Papa Francisco- la situación de los que son objeto de las diversas formas de trata de personas. Quisiera que se escuchara el grito de Dios preguntándonos a todos: ¿Dónde está tu hermano? (G4,9) ¿Dónde está tu hermano esclavo? ¿Dónde está ese que estás matando cada día en el taller clandestino, en la red de prostitución, en los niños que utilizas para mendicidad, en aquel que tiene que trabajar a escondidas porque no ha sido formalizado? No nos hagamos los distraídos. ¡Hay mucho de complicidad! ¡La pregunta es para todos!
En nuestras ciudades está instalado este crimen mafioso y aberrante, y muchos tienen las manos preñadas de sangre debido a la complicidad cómoda y muda.
Total, una vida sin reflexión y amor al trabajo no merece vivirse.
Nos vemos en la siguiente entrega, será todos los días.
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