EL FILÓSOFO, DE LA CALLE
Si fallor sum,
Agustinus dicit ; dubito,
cogito, ergo sum, Descartes afirmavit.
Si me equivoco, es porque existo;
dudo, pienso luego existo.
El
ser humano, es un ente haciéndose permanentemente. Cada día es diferente en su
evolución constante; parece debilidad, pero es su virtud, porque está
construyendo su esencia y hasta que muere, sólo en ese momento le podemos
decir: así era esta persona, así era el Filósofo de la Calle.
Mis
amigos y hermanos seminaristas, ya hemos dialogado en esta facebuqueras, uno crece cuando le recuerdan lo
que fue. Pocas veces me refiero a mi persona de quien soy, que preparación
tengo. Un amigo me recordó que de vez en cuando hay que decir con que mochilas
cargo y una de ellas es esta: antes de entrar a los estudios seminarísticos yo ya tenía en mi cabeza la
enseñanza secundaria y estudios avanzados de preparatoria. La mayoría de mis
compañeros venían de la primaria. En estos años previos al curriculum seminarístico, tuve de profesores en matemáticas
y álgebra al profesor Ramírez Director de la Secundaria Federal Constituyentes
de Santa Bárbara Chih. Y a la maestra Socorrito que en
este momento no recuerdo su apellido.
Durante ocho años, en lo que fue la Universitas Pontificia Gregoriana, sede
Seminario en Chihuahua; pocos saben y reconocen estos antecedentes académicos
por falsa humildad. Cuatro años fueron
los estudios de las Humanidades Clásicas Latinas y Griegas, y los ocho años
llenos de ciencias, letras, historia, matemáticas, física, química,
biología… De matemáticas, de esa época,
tengo en mis cuadernos pantera, a mano y a lápiz resueltos todos los ejercicios
del curso de Álgebra de A. Anfossi, 1954, V Edición, Editorial
Progreso, México. Y además los tres cursos de aritmética básica, media y
superior, cursada en tres años, con maestros como el Padre Solís y el Padre
Camargo así que Alfredo y Rubén por lo
menos se bien las cuatro operaciones básicas. Cuando egresé del Seminario y
volví a empezar mi carrera de Filosofía en la Universidad Autónoma de Chihuahua
en la que no se me reconocieron, como a muchos otros exseminaristas, los estudios cursados y que hoy
en las universidades europeas, en la boca de mi amigo Carlos Montemayor,
corresponden al Doctorado en Letras Clásicas. Tenemos pendiente el análisis de
la discriminación, académica, política, social, religiosa, psicológica,
económica, es decir se nos negaron todos los derechos básicos de una persona
humana. En esta facultad terminé la licenciatura en Filosofía y además tuve el
honor de haber sido uno de sus directores. Sigo estudiando, cursé una maestría
en Filosofía de la Cultura. Estudié también Estadística avanzada. He publicado
algunos, textos universitarios entre
ellos uno de Lógica Matemática publicado por la Prensa Centro Librero, que
utilice en el cebetis 122 y en la Preparatoria de La
Salle como como textos. Aquí les presento la
portada.
Es
muy peligroso un filósofo sin matemáticas y mucho más peligroso un científico
sin filosofía. En el campo de la filosofía estoy activo desde los 15 años a los
68 que tengo. No soy un genio, solo un enamorado del saber. Y antes de irme les
dejo el recado de una ecuación descubierta por los grandes físicos del mundo,
interprétenla: m= fd. Yo Filósofo
de la Calle la traduzco así: el que obra mal se le pudre el tamal, es
decir el fundillo.
Nos
vemos en la siguiente entrega, será todos los días.
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