Papyrum loquitur
El
papel habla
El
capital, el trabajo y el salario. El sabath, el tercio y a medias.
Para empezar el capital es el trabajo acumulado. Si juntos
nos sufrimos, juntos nos amaremos. Es muy difícil lograr algo en relación con
el trabajo después de 35 años de rezago –dijo el Jefe de Gobierno del D.F. En otro contexto, y muy atinadamente, el
Director del Periódico el financiero, dijo que el salario mínimo debería ser el
salario mínimo; es decir el salario mínimo no representa desde 1970 un salario
remunerador, sindérico; por que es solo un referente en otros
usos, cerca de 400 referentes, desde el pago de una multa hasta para hacer
aportaciones al INFONAVIT. Dejarlo así
se alborotaría todo el gallinero referente.
Los empresarios se valen de esta lógica y la falsean al generalizarla
como inflación; por eso es necesario quitar estos referentes al mínimo salario
y pagar solo un mínimo remunerador, justo, sindérico, no se hagan estultos. Sugirió que el referente en UDIS no en el
salario mínimo. Yo puedo comprar un
huevo que vale un peso, pero hoy, con la caída del salario, un peso cuesta un
huevo.
En el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, del
Pontificio Consejo, Justicia y Paz, en el capítulo VI, artículos 257, 258 y
277, se norma sobre el asunto del capital y el trabajo. Así lo dicen
textualmente.
“El trabajo debe ser honrado porque es fuente de riqueza o,
al menos, de condiciones para una vida decorosa, y, en general, un instrumento
eficaz contra la pobreza (cf. Pr 10,4)…. Mejor es poco con temor de Dios, que
gran tesoro con inquietud (Pr 15,16); más vale poco con justicia que mucha
renta sin equidad (Pr 16,18)…. El culmen
de la enseñanza bíblica sobre el trabajo es el mandamiento del descanso
sabático. El descanso abre al hombre,
sujeto a la necesidad del trabajo, la
perspectiva de una libertad más plena, la del sábado eterno (cf. Hb
4,9-10). El descanso permite a los hombres recordar y revivir las obras de
Dios, desde la creación hasta la Redención, reconocerse así mismos como obra
suya (cf. Ef2,10), y dar gracias por su vida y su subsistencia a Él, que de
ellas es el autor.
La memoria y la experiencia del sábado constituyen un Baluarte
contra el sometimiento humano al trabajo, voluntario o impuesto, y contra
cualquier forma de explotación, oculta o manifiesta. El descanso sabático, en
efecto, además de permitir la participación en el culto a Dios, ha sido instituído en
defensa del pobre; su función es también liberadora de las degeneraciones
antisociales del trabajo humano. Este descanso, que puede durar incluso un año,
comporta una expropiación de los frutos de la tierra a favor de los pobres y la
suspensión de los derechos de propiedad de los dueños del suelo: `6 años
sembrarás tu tierra y recogerás su producto; al séptimo la dejarás descansar y
en barbecho, para que coman los pobres de tu pueblo, y lo que quede lo comerán los animales del campo. Harás lo mismo con tu
viña y tu olivar´ (EX 23, 10-11). Esta costumbre responde a una profunda
intuición: la acumulación de bienes en manos de algunos se puede convertir en
una privación de bienes para otros…. La
Doctrina social ha abordado las relaciones
entre trabajo y capital destacando la prioridad del primero sobre el
segundo así como su complementariedad.
El trabajo tiene una prioridad intrínseca con respecto al
capital: Este principio se refiere
directamente al proceso mismo de producción, respecto al cual el trabajo es
siempre una causa eficiente primaria, mientras el `capital´, siendo el conjunto
de los medios de producción, es sólo un instrumento o la causa instrumental.
Este principio es una verdad evidente, que se deduce de toda la experiencia
histórica del hombre. Y pertenece al
patrimonio estable de la Doctrina de la Iglesia. Entre trabajo y capital debe existir
complementariedad… Ni el capital puede subsistir sin el trabajo, ni el trabajo
sin el capital” SIC.
Si juntos nos sufrimos, juntos nos amaremos.
Total una vida sin reflexión no vale la pena vivirse. Nos
vemos en la siguiente entrega.
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