LAS PALABRAS ESCONDIDAS

Oye hermano, no te extrañe que algún día te escondan las palabras, que te prohiban recordar... porque para liquidar a las naciones, lo primero que se hace es quitarles la memoria. Se destruyen sus libros, su cultura su historia. Y luego viene alguien y les escribe otros libros, les da otra cultura y les inventa otra historia.

Entonces la nación comienza lentamente a olvidar lo que es y lo que ha sido y el mundo circundante lo olvida aún mucho antes.

- ¿Y el idioma?
- ¿Para qué nos lo iban a quitar?

- Se convierte en un mero folklore que muere, al cabo de un tiempo, de muerte natural. Y así un invasor tras otro.

¿Será cierta la tesis de Kundera cuando dice que la lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido?

Hay sabios que saben todo y que ya no pueden decir nada: Es muy peligroso cuando hablan, porque dicen puras verdades.

Total una vida sin reflexión y amor al trabajo no merece vivirse.

viernes, 8 de marzo de 2013

DICHOS LATINOS, ANALISIS, 1855 AÑO. LXXX


EL FILÓSOFO, DE LA  CALLE UNGA

«Mulier tuta est, homo tornillus est»
La mujer es una tuerca el hombre es un tornillo

Es frecuente decir que en Chihuahua no hay equidad de género. Es falso porque la afirmación es equívoca, no es clara, parece estar hecha para la garruña. Que no somos iguales dice la gente, afirma José Alfredo.
Argumento: Mi abuelo decía cuando yo le pregunté que era el sexo masculino y el femenino, el me contestó que el sexo masculino era más culino que femenino; bueno hijo -continúa diciendo- la mujer es una tuerca, el hombre es un tornillo; imagínate cuando la tuerca quiera ser tornillo y el tornillo desee ser una tuerca, ¡nunca amarraríamos la  llanta en esta troka!
Hombre y mujer somos iguales porque uno de los calibres más altos en la conducta humana, como fuente de poder ético, es éste: es el concepto de que la humanidad, desde sus orígenes, está preñada de derechos humanos igualitarios, intrínsecos a ella y por lo tanto inalienables. Esta es la sindéresis, voz de la trascendencia, es el hábito innato de tender al bien, de juzgar correctamente, de dar a cada quien lo que le pertenece. En este sentido hombre y mujer somos iguales; obvio es decir que biológicamente somos diferentes. Por eso hombre y mujer somos únicos, diferentes, pero complementarios, aquí está todo.
Total, una vida sin reflexión y amor al trabajo no merece vivirse .
Si desea consultar la colección de dichos véalo en www.santoysena.com.mx/vidaprivadadepalabras
Nos vemos en la siguiente entrega, será todos los días.

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