EL
FILÓSOFO, DE LA CALLE UNGA
FILOSOFANDO POR UNGA FRANCISCO FLORES
AGUIRRE
¿PARA QUE SIRVE LEER CUENTOS Y NOVELAS?
"Si sapiens fueris, Craesi superaveris aurum"
Más vale saber que haber. O lo que es lo mismo, si eres un
sabio superarás el oro de Creso
Es admirable lo que San Agustín en el siglo IV escribió
sobre esta pregunta en su texto “De ordine”; y hoy lo redescubre Jorge Volpi, en su libro Leer la
Mente, El Cerebro y el Arte de la Ficción que así dice: No quiero exagerar:
leer cuentos y novelas no nos hace por fuerza mejores personas, pero estoy
convencido de quien no lee cuentos y novelas –y quien no persigue las distintas
variedades de la ficción- tiene menos posibilidades de comprender el mundo, de
comprender a los demás y de comprenderse a sí mismo. Leer ficciones complejas,
habitadas por personajes profundos y contradictorios, como tu y como yo cada
uno de nosotros, impregnadas de emoción y desconcierto, imprevisibles y
desafiantes, se convierte en una de las mejores formas de aprender a ser
humano. Desconfío pues de quienes se solazan al despojar a la ficción literaria
de su carácter de adaptación evolutiva. De su esencia práctica. Escribimos
cuentos y novelas no sólo porque no podemos dejar de hacerlo, no sólo porque
nos hagan disfrutar con la perfección de sus frases o la fuerza de sus
historias, sino porque los cuentos y las novelas nos han hecho quienes somos.
En los relatos del mundo se encuentra lo mejor de nuestra especie: nuestra
conciencia, nuestras emociones y sentimientos, nuestras dudas y prejuicios,
acaso también la medida de nuestro albedrío. (Ello no excluye que también
puedan almacenar lo peor, la maldad gratuita, el odio, la intolerancia, la
servidumbre.
Añade también -Volpi- su
hipótesis central: si la ficción es una herramienta tan poderosa para explorar
la naturaleza –y en especial la naturaleza humana-, es porque la ficción
también es la realidad. Una vez que las percepciones arriban al cerebro, este
órgano húmedo y tenebroso codifica, procesa y a la postre reinventa el mundo
tal como un escritor concibe una novela o un lector la descifra. Aun si en la
mayor parte de los casos somos capaces de diferenciar lo cierto de lo
inventado, sus substancia se mantiene idéntica. La ficción resulta capital para
nuestra especia. La literatura no sirve para entretenernos ni para
embelesarnos. La literatura nos hace humanos.
Y en frase de San Agustín, nos da luz para entender los atractores divinos.
Total una vida sin reflexión no merece vivirse.
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