LAS PALABRAS ESCONDIDAS

Oye hermano, no te extrañe que algún día te escondan las palabras, que te prohiban recordar... porque para liquidar a las naciones, lo primero que se hace es quitarles la memoria. Se destruyen sus libros, su cultura su historia. Y luego viene alguien y les escribe otros libros, les da otra cultura y les inventa otra historia.

Entonces la nación comienza lentamente a olvidar lo que es y lo que ha sido y el mundo circundante lo olvida aún mucho antes.

- ¿Y el idioma?
- ¿Para qué nos lo iban a quitar?

- Se convierte en un mero folklore que muere, al cabo de un tiempo, de muerte natural. Y así un invasor tras otro.

¿Será cierta la tesis de Kundera cuando dice que la lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido?

Hay sabios que saben todo y que ya no pueden decir nada: Es muy peligroso cuando hablan, porque dicen puras verdades.

Total una vida sin reflexión y amor al trabajo no merece vivirse.

jueves, 24 de diciembre de 2015

DICHOS LATINOS, ANALISIS, 1855 AÑO. CXXXIV


EL FILÓSOFO, DE LA  CALLE UNGA
 

FILOSOFANDO POR UNGA FRANCISCO FLORES AGUIRRE
¿PARA QUE SIRVE LEER CUENTOS Y NOVELAS?
"Si sapiens fueris, Craesi superaveris aurum"
Más vale saber que haber. O lo que es lo mismo, si eres un sabio superarás el oro de Creso
Es admirable lo que San Agustín en el siglo IV escribió sobre esta pregunta en su texto “De ordine”; y hoy lo redescubre Jorge Volpi, en su libro Leer la Mente, El Cerebro y el Arte de la Ficción que así dice: No quiero exagerar: leer cuentos y novelas no nos hace por fuerza mejores personas, pero estoy convencido de quien no lee cuentos y novelas –y quien no persigue las distintas variedades de la ficción- tiene menos posibilidades de comprender el mundo, de comprender a los demás y de comprenderse a sí mismo. Leer ficciones complejas, habitadas por personajes profundos y contradictorios, como tu y como yo cada uno de nosotros, impregnadas de emoción y desconcierto, imprevisibles y desafiantes, se convierte en una de las mejores formas de aprender a ser humano. Desconfío pues de quienes se solazan al despojar a la ficción literaria de su carácter de adaptación evolutiva. De su esencia práctica. Escribimos cuentos y novelas no sólo porque no podemos dejar de hacerlo, no sólo porque nos hagan disfrutar con la perfección de sus frases o la fuerza de sus historias, sino porque los cuentos y las novelas nos han hecho quienes somos. En los relatos del mundo se encuentra lo mejor de nuestra especie: nuestra conciencia, nuestras emociones y sentimientos, nuestras dudas y prejuicios, acaso también la medida de nuestro albedrío. (Ello no excluye que también puedan almacenar lo peor, la maldad gratuita, el odio, la intolerancia, la servidumbre.
Añade también -Volpi- su hipótesis central: si la ficción es una herramienta tan poderosa para explorar la naturaleza –y en especial la naturaleza humana-, es porque la ficción también es la realidad. Una vez que las percepciones arriban al cerebro, este órgano húmedo y tenebroso codifica, procesa y a la postre reinventa el mundo tal como un escritor concibe una novela o un lector la descifra. Aun si en la mayor parte de los casos somos capaces de diferenciar lo cierto de lo inventado, sus substancia se mantiene idéntica. La ficción resulta capital para nuestra especia. La literatura no sirve para entretenernos ni para embelesarnos. La literatura nos hace humanos.
Y en frase de San Agustín, nos da luz para entender los atractores divinos.
Total una vida sin reflexión no merece vivirse.
Si desea consultar la colección de dichos véalo en www.santoysena.com.mx/vidaprivadadepalabras

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