EL FILÓSOFO, DE LA CALLE UNGA
DE THEODICEA IN RUA
DE LA THEODICE EN LA CALLE
Ens, unum, bonum, verum, pulchrum et Deus, convertuntur.
El Ente, lo uno, lo bueno, lo verdadero, lo hermoso y Dios,
se convierten, es decir es lo mismo.
DIOS
Pido permiso primero para no mencionar el nombre de Dios en vano. Lo recuerdo, del latín re-cordis, volver a pasar por el corazón.
Dijo Einstein si A es igual al éxito, entonces la fórmula es A= X + Y + Z donde: X es trabajo, Y es jugar y Z es mantener la boca cerrada. Y además, sin dudar, afirma que hay dos maneras de vivir una vida:
La primera es pensar que
nada es un milagro. La segunda es pensar que todo es un milagro. De lo que
estoy seguro es que Dios existe.
Y no falta quien le
hiciera segunda con el Jazz del poder de la palabra: yo celebro la voz humana,
porque yo Eduardo Galeano conté una vez que los indios Shuar, los llamados jíbaros,
cortan la cabeza del vencido. La cortan y la reducen hasta que cabe en un puño,
para que el vencido no resucite. Pero el vencido no está del todo vencido hasta
que le cierran la boca. Por eso le cosen los labios con una fibra que jamás se
pudre. Y cuando es verdadera, cuando nace de la necesidad de decir, a la voz
humana no hay quien la pare. Si le niegan la boca, ella habla por las manos, o
por los ojos, o por los poros o por donde sea. Porque todos, toditos, tenemos
algo que decir a los demás, alguna cosa que merece ser por los demás celebrada
o perdonada.
Y hoy en el 2001, José
Saramago escribió: “Puede que Dios no exista, al menos desde mi punto de vista
no existe, pero el factor Dios, eso sí existe. Es contra el factor Dios que yo
escribí. Contra Dios es una guerra que no tiene sentido. Yo no sé donde está, y
no voy a desarrollar una guerra contra un enemigo –suponiendo que es un
enemigo- que no sé donde hallarlo. Pero el factor Dios sí sé donde está: está
aquí (se señala la cabeza)”
Yo digo: In principio erat Verbum, et Verbum erat apud Deum. En el principio
existía la palabra y la palabra estaba con Dios. La palabra era de Dios. Todo
se hizo por ella y no se hizo nada de cuanto existe. Algunos le colocaron un
letrero en el madero INRI, y lo tradujeron así: Jesús Nazareno Rey de los
Judíos; estaban pensando como el factor Dios, todo es poder. De nuevo INRI,
Dios contigo, EN NOSOTROS REINA ÉL, esta es la diferencia donde el templo de
Dios es portátil. Dubito, cogito, ergo sum, dudo, pienso, luego
existo. Si fallor, sum, si me equivoco es
porque estoy aquí. La duda es el origen del saber, es el planteamiento de un
problema, para encontrar una respuesta, se lanza una hipótesis, una posible
solución.
Y en lo que respecta a
los asuntos Divino, la fe no es adecuada. Solo lo es la certidumbre. Cualquier
cosa inferior a la certidumbre no tiene valor para Dios, por eso contestó San
Agustín: Intellige ut credas, crede ut intelligas, entiende para que
creas, cree para que entiendas. De aquí se infiere si no te haces a ti mismo
igual a Dios, no podrás percibir a Dios, pregunta ¿O acaso no es tu padre? Por
eso yo no creo en Dios, sé que Dios está conmigo.
Ens, unum, bonum, verum, pulchrum et Deus, convertuntur. El Ente, lo uno, lo
bueno, lo verdadero, lo hermoso y Dios, se convierten, es decir es lo mismo. Y
lo mismo eres tú, realidad divina heredada y así por eso apuntó Einstein “de lo
que estoy seguro es que Dios existe”.
Yo pienso: no soy nada.
No se nada, no tengo nada, solo tengo todos los sueños del mundo por eso me
gusta la calle. No me crea nada, averígüelo por usted mismo.
Total una vida sin reflexión, sin amor al
trabajo y sin libertad, no vale la pena vivirse y desde luego salud y larga
vida.
Francisco Flores Aguirre.
Nos vemos en la siguiente entrega.
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