LAS PALABRAS ESCONDIDAS

Oye hermano, no te extrañe que algún día te escondan las palabras, que te prohiban recordar... porque para liquidar a las naciones, lo primero que se hace es quitarles la memoria. Se destruyen sus libros, su cultura su historia. Y luego viene alguien y les escribe otros libros, les da otra cultura y les inventa otra historia.

Entonces la nación comienza lentamente a olvidar lo que es y lo que ha sido y el mundo circundante lo olvida aún mucho antes.

- ¿Y el idioma?
- ¿Para qué nos lo iban a quitar?

- Se convierte en un mero folklore que muere, al cabo de un tiempo, de muerte natural. Y así un invasor tras otro.

¿Será cierta la tesis de Kundera cuando dice que la lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido?

Hay sabios que saben todo y que ya no pueden decir nada: Es muy peligroso cuando hablan, porque dicen puras verdades.

Total una vida sin reflexión y amor al trabajo no merece vivirse.

lunes, 21 de abril de 2014

DICHOS LATINOS, ANALISIS, 1855 AÑO. CXVIII


EL FILÓSOFO, DE LA  CALLE UNGA
A la muerte de alguien
“EX damno alterius, alterius utilitas”
Mueren unos para que otros vivan.
Algo tengo que decir.  Mi compañero de soledades voy y de soledades vengo, de lecturas de los últimos meses de mi amigo García Márquez.  Sí es mi amigo, sin verlo.
Esto me lo platicó Gabriel, que dijo Belisario Betancur a un profesor de latín en un Seminario:
Señor, señor, te rogamos
Y rogaremos sin fin, que caigan rayos de mierda al profesor de latín.
Y buena razón tenían ya vale más el estiércol de borrego que la misma carne, ya se hizo realidad una profecía: el día en que la mierda tenga algún precio, ese día los pobres nacerán sin culo. Es tan cierto que las sirenas no abren las piernas porque se quedaron escamadas. 
Sí “Los ídolos infunden respeto, admiración, cariño y, por supuesto, grandes envidias. Cortázar inspiraba todos esos sentimientos como muy pocos escritores, pero inspiraba además otro menos frecuente: la devoción. Fue, tal vez sin proponérselo, el argentino que se hizo querer de todo el mundo.  Sin embargo, me atrevo a pensar que si los muertos se mueren, Cortázar debe estar muriéndose otra vez de vergüenza por la consternación mundial que causó su muerte”….  Profeta de su muerte propia en “Yo no vengo a decir un discurso”.  “Nadie le temía más que él, ni en la vida real ni en los libros, a los honores póstumos y a los fastos funerarios. Más aún: siempre pensé que la muerte misma le parecía indecente. En alguna parte de La vuelta al día en ochenta mundos, un grupo de amigos no puede soportar la risa ante la evidencia de que un amigo común ha incurrido en la ridiculez de morirse. Por eso, porque lo conocí y lo quise tanto, me resistí a participar en lamentos y elegías por Julio Cortázar”.  Lo dijo el Gabo para que lo entiende el Gabriel…  “Preferí seguir pensando en él como sin duda él lo quería, con el júbilo inmenso de que haya existido, con la alegría entrañable de haberlo conocido, y la gratitud de que nos haya dejado para el mundo una obra tal vez inconclusa pero tan bella e indestructible como su recuerdo”...  Lo pidió para otro y lo quiere para si.
Me voy, disfruten su palabra mágica: “Que una vivandera de la Guajira colombiana rechazó un cocimiento de toronjil porque le supo a Viernes Santo. Que don Sebastián de Covarrubias, en su diccionario memorable, nos dejó escrito de su puño y letra que el amarillo es el color de los enamorados. ¿Cuántas veces no hemos probado nosotros mismos un café que sabe a ventana, un pan que sabe a rincón, una cereza que sabe a beso? Son pruebas al canto de la inteligencia de una lengua que desde hace tiempo no cabe en su pellejo. Pero nuestra contribución no debería ser la de meterla en cintura, sino al contrario, liberarla de sus fierros normativos para que entre en el siglo XXI como Pedro por su casa”.
Sigo creyendo que la vida de todos nosotros sería mejore si cada uno de ustedes llevara siempre un libro en su morral.
Total una vida sin reflexión, sin amor al trabajo y sin libertad, no vale la pena vivirse y desde luego salud y larga vida.  Francisco Flores Aguirre.
Nos vemos en la siguiente entrega.

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