LAS PALABRAS ESCONDIDAS

Oye hermano, no te extrañe que algún día te escondan las palabras, que te prohiban recordar... porque para liquidar a las naciones, lo primero que se hace es quitarles la memoria. Se destruyen sus libros, su cultura su historia. Y luego viene alguien y les escribe otros libros, les da otra cultura y les inventa otra historia.

Entonces la nación comienza lentamente a olvidar lo que es y lo que ha sido y el mundo circundante lo olvida aún mucho antes.

- ¿Y el idioma?
- ¿Para qué nos lo iban a quitar?

- Se convierte en un mero folklore que muere, al cabo de un tiempo, de muerte natural. Y así un invasor tras otro.

¿Será cierta la tesis de Kundera cuando dice que la lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido?

Hay sabios que saben todo y que ya no pueden decir nada: Es muy peligroso cuando hablan, porque dicen puras verdades.

Total una vida sin reflexión y amor al trabajo no merece vivirse.

jueves, 6 de marzo de 2014

DICHOS LATINOS, ANALISIS, 1855 AÑO. CXII


EL FILÓSOFO, DE LA  CALLE UNGA
 

El Bautizo
«Ego te baptizo in nomine…»
Yo te bautizo en nombre………
Un día nos contaron una historia.
Érase un Jesuita Misionero que después de evangelizar a un hermano nativo, otros le dicen indio, malamente, procedió al bautismo, mientras rociaba el agua sobre la cabeza del catecúmeno le dijo:
-De ahora en adelante ya no te llamaras Tizoc te llamarás Juan. Ego te baptizo in nomine…
Después de terminar el rito del Sacramento del Bautismo, le recordó algunas obligaciones que tenía como cristiano sobre todo en este tiempo de cuaresma.
-Hermano Juan, te recuerdo que todos los viernes de cuaresma son viernes de abstinencia. Sólo pescado comerás.
-Muy bien padre, le contestó Juan.
Pasó una semana y caminando el padre misionero por la orilla del río, vió que el hermano Juan se estaba comiendo un cordero, siendo viernes .
¿Qué estás comiendo Juan? ¿No sabes que hoy es viernes y no debes comer carnero?
-No, tata, esto no es carnero.  Yo tomé agua del río, lo bauticé y ahora se llama pescado.
Total, una vida sin reflexión y amor al trabajo no merece vivirse.
Nos vemos en la siguiente entrega.

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