«El Poder Hincha, la lisonja engríe»
«Possim turget, blandimentum superbit»
De 1823
me llegó la noticia, el poder hincha,
la lisonja engríe. Se hincha el que tiene lo que nunca pudo esperar. Se engríe
lo que nunca presumió oír. El hombre hinchado quiere siervos. El engreído
quiere adoradores. El que se hincha está en el camino de ser un tirano. El que
se engríe se cree realmente un semidiós. Aquél busca tierras y señoríos. Éste
no sueña más que en cortesía y perfumes. El hinchado no mira a nadie. El
engreído se contempla a sí mismo. La hinchazón tiene algo de orgullo y de
soberbia. El engreimiento, algo de vanidad y de candidez: la candidez que Dios
a dado a los estultos. La hinchazón repugna. El engreimiento casi da lástima.
Ambas conductas son fáciles de hacer, porque son infinitos los originales de
donde podemos copiar.
Total, una vida sin reflexión y amor al trabajo no merece
vivirse.
Nos vemos en la siguiente entrega, será todos los días.
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