EL FILÓSOFO, DE LA CALLE
UNGA
LOS SOBREVIVIENTES
«QUALIS VIR, TALIS ORATIO, VEL TEMPORIBUS SEMPER CANTUS SERVIRE
MEMENTO.»
Cada quien habla, como quien es o cual es el tiempo tal es el
tiento.
(Para aquél que tiene el corazón
verde, no el rabo)
Somos
anteriores
a la computadora, a la televisión, al compact disc, a la penicilina, a la
vacuna contra la polio, al refrigerador, a las máquinas copiadoras, al fax, al
teléfono, a los lentes de contacto, a la píldora. Nuestras madres cocinaban en
las estufas de leña y desde niños aprendimos a cocinar avena, atole de maíz con
piloncillo y atole de mezquite con las nueces de los ríos milenarios. Nacimos
antes de la nasa, del radar, la bomba atómica las tarjetas de crédito, el rayo
láser y los bolígrafos; escribimos con la pluma de acero y el manguillo de
madera. Vivimos antes de que hubiera pantimedias, gracias a eso pudimos
construir con las medias de popotillo nuestras pelotas para jugar al béisbol.
Vivimos antes de la existencia de las lavadoras de platos, secadoras de ropa,
cobijas eléctricas, aire acondicionado, hornos de microondas, cámaras digitales
Polaroids y ropa “wash and wear”. El
sol siempre fue nuestra mejor cobija. Los padres nuestros Ángeles Guardianes.
Nosotros nos casábamos primero y después vivimos juntos. Nos decíamos esposos,
no compañeros, ni parejas pasajeras.
En nuestros tiempos no había noche
en las vegas; las conejitas eran unos animalitos y las cucarachas a bochitos no
eran Volkswagen; Jeans solíamos decirles a las Juanas; tener una relación
íntima significaba una gran amistad. No se viajaba en jet, pura Ford “A”, ni se
soñaba con las guerras de las galaxias ni el hombre araña; y sólo el hombre
había caminado en la luna en las novelas de Julio Verne.
Cuando nacíamos, los papás no
cambiaban pañales, ni cocinaban, ni planchaban; más cuando hacía falta los
calzoncillos, la manta de algodón no faltaba; ni el amor se salía por la
ventana cuando faltaba algún elemento material, porque había varones cumplidores
que a todo le entraban y la educación sexual sólo se limitaba a que los bebés
venían de París traídos por la cigüeña.
No había peluqueras, ni peluquerías
unisex. No se hacían citas, ni matrimonios por computadora, ni tampoco había
guarderías de niños, terapias de grupo, ni traumas, ni hogares de ancianos. No
se hablaba de F.M., puro de la onda corta, ni de máquinas de escribir
eléctricas, corazones artificiales, grabadoras, videos, procesadores de
palabras, ni de condominios. No se veían hombres con aretes. Los piratas y el
ganado los llevaban como signos de identificación.
No había ipads ni
teléfonos celulares que estorbaran los diálogos en la mesa de la comida entre
papás abuelos y nietos. No existían los Mc. Donalds, Burgers
Kings, pizzerías, ni el café instantáneo. ¡Solo suspirábamos por las enchiladas
de Doña Lupe!; y cuando teníamos sed acudíamos a los manantiales que se
manifestaban por todos los cerros. No era común beber el agua en envases de
plástico con agua.
De niños íbamos a las tiendas con 5
a 10 centavos a comprar cosas: por 10 centavos viajábamos en tranvía, tomábamos
un refresco con una moreliana o comprábamos timbres de correo suficientes para
una carta y dos postales; y por un centavo adquiríamos dos pirulís y un corucho de
pinoles, chicles o una tacita de café. Podías comprar un auto pequeño, pero
¿Quién podía afrontar tal gasto?
Era una lástima porque la gasolina
valía alrededor de 20 centavos el litro.
En nuestros
días fumar un cigarrillo era elegante. La yerba se cortaba, no se fumaba. La
salsa se comía, no se bailaba. El danzón era un arte al bailar, no agandalle de
varón. La Coca se tomaba, no se inhalaba. SIDA no significaba nada y AIDS en
inglés era ayudante de cocina. Conocíamos la diferencia entre los sexos, pero a
nadie se le ocurría cambiarlo por otro. Nos conformábamos con el único que
teníamos.
¡Cuál viagra! Las
abuelas sabían para que servía la jalea de membrillo.
¡Y
VIÉNDOLA BIEN NO LA PASÁBAMOS TAN MAL!
PUBLICADO
POR SANTO Y SEÑA
Total, una vida sin reflexión y amor al trabajo no merece vivirse .
Si desea consultar la colección de dichos véalo en www.santoysena.com.mx/vidaprivadadepalabras
Nos vemos en la siguiente
entrega, será todos los días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario