LAS PALABRAS ESCONDIDAS

Oye hermano, no te extrañe que algún día te escondan las palabras, que te prohiban recordar... porque para liquidar a las naciones, lo primero que se hace es quitarles la memoria. Se destruyen sus libros, su cultura su historia. Y luego viene alguien y les escribe otros libros, les da otra cultura y les inventa otra historia.

Entonces la nación comienza lentamente a olvidar lo que es y lo que ha sido y el mundo circundante lo olvida aún mucho antes.

- ¿Y el idioma?
- ¿Para qué nos lo iban a quitar?

- Se convierte en un mero folklore que muere, al cabo de un tiempo, de muerte natural. Y así un invasor tras otro.

¿Será cierta la tesis de Kundera cuando dice que la lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido?

Hay sabios que saben todo y que ya no pueden decir nada: Es muy peligroso cuando hablan, porque dicen puras verdades.

Total una vida sin reflexión y amor al trabajo no merece vivirse.

jueves, 17 de enero de 2013

DICHOS LATINOS, ANALISIS, 1855 AÑO. LXIII


EL FILÓSOFO, DE LA  CALLE UNGA
Doctores de la Ley
«Obscurum vestis contegit ampla genus»
Y con buen traje, se encubre buen linaje.
El Dr. Adanevo Buscagrados y Rollos, inquieto ser estudiantil, que se hizo viejo buscando sabiduría en las mejores universidades del mundo y becado eternamente por algunos sistemas universitarios, incluyendo la de las letras mexicanas de la Ínclita Universidad Autónoma de Aldama, y de la cual soy Rector, esta noble universidad solamente le pidió que diera sus clases correspondientes y nunca quiso asistir a las aulas universitarias, se acercó a su antiguo maestro de rancho, poeta reconocido por todos los escritores del mundo y le preguntó:
-Sabio Maestro, he recorrido el mundo de las letras, he calentado las aulas universitarias durante 5,000,000 de horas y no he podido hacer un poema, una novela una obra de teatro, un ensayo o un cuento que lleven el sello hispanoamericano, mexicano, norteño y chihuahuense.
-Amigo Adanevo- dice Don Rufino Picapiedra, ni las licenciaturas, ni las maestrías ni los doctorados quitan lo estulto, lo tarugo y más directamente lo pendejo.
-Pero, maestro, ¿entonces necesito añadir a mi currículum un taller de Literatura Hispanoamericana Contemporánea y un taller de Psicología Nativa para entender a mis colegas… bueno, compañeros de banquillo?
-No, mi estimado Doctor- responde Don Rufino; escribe si puedes, como hombre universal, las regiones donde trabajas son meramente accidentales.
Le recuerdo que los requisitos para aceptar a los estudiantes de la Universidad Autónoma de Aldama son tres: el primero que ya traigan en sus alforjas un oficio para que no lo corrompan las dádivas universitarias; el segundo que sepa cultivar la tierra para que pueda subsistir a las hambrunas a las que nos están orillando las nuevas tecnologías computacionales;  y el tercero que sea «acomedido», es decir, que tenga iniciativa y amor a la ciencia.
Total... una vida sin reflexión y amor al trabajo no vale la pena vivirse.
Nos vemos en la siguiente entrega, será todos los días.
Si desea consultar la colección de dichos véalo en www.santoysena.com.mx/vidaprivadadepalabras

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