El Amor Al Dinero
Crescit amor nummi, quantum ipsa pecunia crescit «el amor de la moneda
crece, en cuanto el mismo dinero crece» (tr.lit.).
O lo que es lo mismo, quien
más tiene, más quiere como los políticos chapulines que se la pasan brincando
de puesto en puesto, nunca se llenan, insaciables por aprendizaje.
¿Será posible el cambiar de actitud al político mexicano que busca
un puesto de elección popular, para que adopte una filosofía de la vida menos
indigna de la debilidad humana y tanto más digna del hombre, que es a un tiempo débil y
fuerte ?. El pueblo ya no quiere políticos hipócritas porque sabemos que una
vez olvidado el principio de la verdad, aparece la «humanidad y la justicia».
Cuando se manifiesta a la luz la sagacidad y la astucia, entonces se da a
conocer la gran hipocrecía. Cuando ya no hay concordia, causas ejemplares, y espíritu de
sacrificio en la familia, entonces se habla de piedad filial, de como lograr el
amor, de como obtener el éxito en las relaciones familiares. «Cuando el buen
gobierno» cae en el desorden, entonces aparecen los ministros, los cuales
afirman que solo son responsables del timón y no de la tormenta, que el
responsable es el pueblo porque no ahorra, porque despilfarra, porque cambia
pesos por dólares, porque ya no cree en ningún gobernante. El pueblo más
desprotegido lo único que hace es cambiar sus tortillas y frijoles de hoy por
el hambre del mañana.
México, en estos momentos me recuerda a los grupos de mafias y antimafias, esta lección del
mundo animal que nos narra Droscher en la conducta instintiva: desde las primeras horas de la mañana
nuestro Tordo Floristán aceptó el desafío de un rival intruso y desconocido al que de
inmediato bautizamos con el nombre de Pizarro; y los dos pájaros se lanzaron a
una auténtica competición de canto. Se disputaban el dominio del jardín y a la
hembra Leonore que llevaba dos
semanas aparejada con Floristán. Desde las copas de dos pequeños abetos cada uno trataba de cantar
más y mejor que el otro. Hacía el medio día, Floristán estaba muy excitado
y en las notas medias su canto se fue atenuando, se atascaba en los trémulos y,
poco después, era incapaz de dar el do de pecho. Entonces ocurrió algo que está
en total oposición con la moraleja de la ópera a la que nuestra hembra, Leonore, debe su nombre. En
efecto, Leonore, que había sido mudo testigo posada en una rama baja, de la
batalla de nuestros dos maestros cantores, abandonó a su Floristán, emprendió un vuelo corto para colocarse a lado de Pizarro y,
cariñosamente, acuñó su pico en las plumas del cuello del vencedor. Eso fue
demasiado para el infeliz Floristán. Su canto, ya bastante decaído se disipó por completo. Se pasó los
dos días siguientes acurrucado en las ramas bajas, apenas una sombra de si
mismo, y al tercer día amaneció muerto en la yerba del jardín. No presentaba
ninguna lesión externa apreciable. Causa de la muerte: estrés por la pérdida de
su hembra y de su territorio.
Muchos programas educativos de hoy desarrollan sus planes de
estudios por competencias en lugar de compartir el conocimiento, por amor a la humanidad y que
el dinero llegue por añadidura.
Nos vemos en la
siguiente entrega, será todos los días.
Si desea consultar
la colección de dichos véalo en www.santoysena.com.mx/vidaprivadadepalabras
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