LAS PALABRAS ESCONDIDAS

Oye hermano, no te extrañe que algún día te escondan las palabras, que te prohiban recordar... porque para liquidar a las naciones, lo primero que se hace es quitarles la memoria. Se destruyen sus libros, su cultura su historia. Y luego viene alguien y les escribe otros libros, les da otra cultura y les inventa otra historia.

Entonces la nación comienza lentamente a olvidar lo que es y lo que ha sido y el mundo circundante lo olvida aún mucho antes.

- ¿Y el idioma?
- ¿Para qué nos lo iban a quitar?

- Se convierte en un mero folklore que muere, al cabo de un tiempo, de muerte natural. Y así un invasor tras otro.

¿Será cierta la tesis de Kundera cuando dice que la lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido?

Hay sabios que saben todo y que ya no pueden decir nada: Es muy peligroso cuando hablan, porque dicen puras verdades.

Total una vida sin reflexión y amor al trabajo no merece vivirse.

lunes, 19 de noviembre de 2012

DICHOS LATINOS, ANALISIS, 1855 AÑO. LIII



EL FILÓSOFO, DE LA  CALLE 
Hymnus Adoro te.
Adoro Te devote, latens Deitas, Quae sub his
Figuris vere latitas: Tibi se cor me um totum subjicit, Quia Te contemplans totum deficit.
«Yo te adoro, Tata, Divinidad latente, que oculto bajo estas especies del pan, ahí estás Tu verdaderamente Padre mío: Mi corazón se sujeta a completamente, porque el que te contempla se abandona totalmente a tus brazos».
Este es un dicho, porque lo dijo Tomás de Aquino, Filósofo y además es un dicho sagrado que tiene su versión popular en aquel canto popular antiguo que empezaba así: Bendito, Bendito, Bendito sea Dios, los ángeles cantan y alaban a Dios.... Es un canto Eucarístico.
Y aquí le va la historia de este canto: Un domingo y no estando herrando, se encontraron dos mancebos echando mano a sus coros como queriendo cantar. Eran Tomás de Aquino y Benito.  Ambos ahora santos.  Allá por el siglo XIII. Sí, era un concurso al que había citado un Concilio en la ciudad de Roma para premiar al mejor canto Eucarístico y como siempre la cortesía, le dice Tomás a Don. Beno: -tu primero, Beno ándale, se ve por el coro que traes, vienes muy bien preparado.
Beno muy cortés le contestó –de ninguna manera mi hermano Tomy  ustedes llegaron primero.
Tomás aceptando el pase de Beno, empezaron a entonar el canto gregoriano «adoro Te devote, latens deitas… Fueron muy aplaudidos y de pie, durante varios minutos, incluyendo a Beno, que aplaudía y gritaba: otro, otro, otro. Se quedó tan impresionado Don. Beno, que al felicitar a Tomás por tan bello canto, y tomando en sus manos las partituras de su canto que había preparado para concursar, la rompió delante de él y le dijo: -no creo superar lo que acabas de cantar mi hermano Tomás y le preguntó: -¿cuál es tu fuente de inspiración?
Tomás, lo tomó del hombro y le dijo –ven te voy a enseñar mi fuente. Lo llevó a su celda, al monasterio donde se hospedaba. Frente a una rústica pared había un retablo cubierto con una cortinita de lana de color rojo, la devela y le dice: - Éste es. Era un crucifijo, un cristo en la cruz.
-Válgame, pues también es mi fuente –dijo Don Beno.
Así es hermano, no hay otra.
Aquí le presento la partitura. Si la puede cantar, pues cántela.

Total, una vida sin reflexión no merece vivirse.

Nos vemos en la siguiente entrega, será todos los días.
Si desea consultar la colección de dichos véalo en www.santoysena.com.mx/vidaprivadadepalabras

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