EL FILÓSOFO, DE LA CALLE
Agentes, et consentientes pari poema poniendi, «a hechores y encubridores pena
por igual.»
Y en contrarrefrán: A magnis proprio vivitur arbitrio, «Allá van leyes donde
quieren reyes.» Y otro le vuelve a contestar: «cum parco fueris justa ratione triparcus,» «a un ruin, ruin y medio» y como
dice la calle «para marranos, marranadas».
Como dijeron los de los «Corridos»,
lo que aquí voy a recordar, volver a pasar por el corazón, no me complace, ni
alegra mi ser pero mis sueños alegres de joven universitario no han cambiado.
TLATELOLCO 68. Jaime Sabines
«NADIE SABE el número exacto de los
muertos,
Ni siquiera los asesinos,
Ni siquiera el criminal.
(Ciertamente, ya llegó la historia
estos hombres pequeños por todas partes,
incapaces
de todo menos del rencor.)
Tenemos Secretarios de Estado
capaces
de
transformar la mierda en esencias aromáticas,
diputados
y senadores alquimistas,
líderes
inefables, chulísimos,
Un tropel de putos espirituales
enarbolando
nuestra bandera gallardamente…
DIARIO OFICIAL
Por decreto presidencial: el pueblo no existe.
El pueblo es útil para hablar en
banquetes:
`Brindo
por el pueblo México´,
`Brindo por el pueblo de Estados
Unidos`.
También sirve el pueblo para otros
menesteres literarios
Escribir el cuento de la
democracia,
publicar la revista de la
revolución,
Hacer la crónica de los grandes
ideales.
El pueblo es una entidad
pluscuamperfecta
generosamente abstracta e infinita.
Sirve también para que jóvenes
idiotas
aumenten el área de los panteones o
embaracen las cárceles
o aprendan a ser ricos.
Lo mejor de todo lo ha dicho un
señor Ministro:
«Con el pueblo me limpio el culo.»
He aquí lo máximo que puede llegar
a ser el pueblo:
Un rollo de papel higiénico
Para escribir la historia
contemporánea con las uñas.
Publicado por Joaquín Mortiz
Secretaria de Educación Pública, México 1977 y libro regalado por Lic.
Raúl Herrera
Nos
vemos en la siguiente entrega, será todos los días.
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